lunes, 28 de marzo de 2011

RESPONSABILIDAD EN LOS NIÑOS


Enseñar a los niños a ser responsables requiere un ambiente especial en el hogar y en la escuela. Se trata de conseguir un ambiente que les ofrezca información sobre las opciones entre las que deben escoger y las consecuencias de cada una de ellas, y que les proporcione también los recursos necesarios para elegir bien.
La responsabilidad es la habilidad para responder; se trata de la capacidad para decidir apropiadamente y con eficacia, es decir, dentro de los límites de las normas sociales y de las expectativas comúnmente aceptadas. Por otro lado, una respuesta se considera efectiva cuando permite al niño conseguir sus objetivos que reforzarán sus sentimientos de autoestima.
La responsabilidad conlleva, en cierta forma, ser autosuficiente y saber defenderse. Estas son dotes propias de poder personal que, según Gloria Marsellach Umbert en su artículo "La autoestima en niños y adolescentes", significa tener seguridad y confianza en uno mismo y para ello es necesario ser responsable además de saber elegir, llegar a conocerse a uno mismo y adquirir y utilizar el poder en las propias relaciones y en la vida.
Para un niño es normal tener cierto temor a los límites, temor que desaparece conforme el niño va comprobando que límites y consecuencias se integran en un sistema coherente. Padres y educadores pueden contribuir a conformar el sentido de los límites de diferentes maneras:
Sabiendo claramente ellos mismos lo que esperan de los niños.
Exponiendo sus expectativas de manera que los niños las entiendan, incluyendo la asignación de responsabilidad acerca de tareas y deberes.
Averiguando si el niño entiende estas expectativas, bien haciéndolas repetir o bien guiándole mientras las cumple.
Estableciendo claramente los límites de tiempo razonables para realizar tareas o debes escolares, sin ambigüedades.
Explicando al niño las consecuencias de no hacer las cosas. Estas consecuencias deben aplicarse coherentemente, sin sentimientos de culpabilidad o remordimientos y sin hacer sufrir al niño. La coherencia es más importante que la severidad.
Redactando y colocando un cartel con todas las reglas y las obligaciones, de modo que no pueda alegarse como excusa "el olvido"
Participando padres y madres (cuando sea posible) en la explicación de las reglas al niño. Así sabrá que ambos las apoyan y mantienen.
Consiguiendo que todos los niños de la familia o de la clase tengan responsabilidades equiparables, con los ajustes necesarios en función de su edad y de sus habilidades particulares.

RESPONSABILIDAD EN LOS NIÑOS


Enseñar a los niños a ser responsables requiere un ambiente especial en el hogar y en la escuela. Se trata de conseguir un ambiente que les ofrezca información sobre las opciones entre las que deben escoger y las consecuencias de cada una de ellas, y que les proporcione también los recursos necesarios para elegir bien.
La responsabilidad es la habilidad para responder; se trata de la capacidad para decidir apropiadamente y con eficacia, es decir, dentro de los límites de las normas sociales y de las expectativas comúnmente aceptadas. Por otro lado, una respuesta se considera efectiva cuando permite al niño conseguir sus objetivos que reforzarán sus sentimientos de autoestima.
La responsabilidad conlleva, en cierta forma, ser autosuficiente y saber defenderse. Estas son dotes propias de poder personal que, según Gloria Marsellach Umbert en su artículo "La autoestima en niños y adolescentes", significa tener seguridad y confianza en uno mismo y para ello es necesario ser responsable además de saber elegir, llegar a conocerse a uno mismo y adquirir y utilizar el poder en las propias relaciones y en la vida.
Para un niño es normal tener cierto temor a los límites, temor que desaparece conforme el niño va comprobando que límites y consecuencias se integran en un sistema coherente. Padres y educadores pueden contribuir a conformar el sentido de los límites de diferentes maneras:
Sabiendo claramente ellos mismos lo que esperan de los niños.
Exponiendo sus expectativas de manera que los niños las entiendan, incluyendo la asignación de responsabilidad acerca de tareas y deberes.
Averiguando si el niño entiende estas expectativas, bien haciéndolas repetir o bien guiándole mientras las cumple.
Estableciendo claramente los límites de tiempo razonables para realizar tareas o debes escolares, sin ambigüedades.
Explicando al niño las consecuencias de no hacer las cosas. Estas consecuencias deben aplicarse coherentemente, sin sentimientos de culpabilidad o remordimientos y sin hacer sufrir al niño. La coherencia es más importante que la severidad.
Redactando y colocando un cartel con todas las reglas y las obligaciones, de modo que no pueda alegarse como excusa "el olvido"
Participando padres y madres (cuando sea posible) en la explicación de las reglas al niño. Así sabrá que ambos las apoyan y mantienen.
Consiguiendo que todos los niños de la familia o de la clase tengan responsabilidades equiparables, con los ajustes necesarios en función de su edad y de sus habilidades particulares.

martes, 22 de marzo de 2011

Responsabilidad En La Adolescencia


La llegada de la adolescencia se puede notar por varios factores, además del crecimiento físico y de la cantidad de actividades que nuestros hijos suelen querer hacer en est etapa -la mayoría de ellas fuera de casa o si es dentro de casa, no es con sus padres- también se ve reflejada en las pocas ganas que los adolescentes tienen de hacer cosas en el hogar y para el hogar.
Cada año que pasa de la adolescencia tienen más ganas de desprenderse, de irse de su casa, de estar solos y de ser lo más independiente que puedan. Muchos padres sulen sentir angustia en esta etapa porque sienten que han fracasado al ver a su hijo con tan poca expectativas de familia y con tantas ganas de irse del hogar. Sabemos que esto es algo totalmente común y dista mucho de que no quieran permanecer a su familia.
Lo cierto es que los adolescentes están en la búsqueda de su camino, de su personalidad, y es en este camino en el cual sienten que no son parte de su casa, porque son diferentes, porque tienen su propio estilo de vida, y por un millón de motivos más que ellos sentirán como válidos.
Lo cierto es que dentro de este camino ellos no tendrán ganas ni ánimo para hacer ninguna de las tareas del hogar, sin colaborar en absolutamente nada de lo que sea necesario para el ámbito familiar. Esto es normal, pero es bueno que no se afecte el sentido de la repsonsabildid y de la pertenencia y que los adolescentes tengan ciertas tareas fijas que realizar con su familair en el día a día, para el hogar, y de esta forma sentirse no solamente útiles sino parte de una familia que lo necesita y a la cual precisa.


martes, 15 de marzo de 2011

Responsabilidad

Es una forma de ser considerado sujeto de una deuda u obligación (ejemplo: "Los conductores de vehículos automotores son responsables por los daños causados por sus máquinas").
Responsable es aquel que conscientemente es la causa directa o indirecta de un hecho y que, por lo tanto, es imputable por las consecuencias de ese hecho (es decir, una humanos libres). En la tradición kantiana, la responsabilidad es la virtud individual de concebir libre y conscientemente las máximas universalizables de nuestra conducta. Para Hans Jonas, en cambio, la responsabilidad es una virtud social que se configura bajo la forma de un imperativo que, siguiendo formalmente al imperativo categórico kantiano, ordena: “obra de tal modo que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de una vida humana auténtica en la Tierra”. Dicho imperativo se conoce como el "principio de responsabilidad".
La responsabilidad es un valor que está en la conciencia de la persona, que le permite reflexionar, administrar, orientar y valorar las consecuencias de sus actos, siempre en el plano de lo moral. Una vez que pasa al plano ético (puesta en práctica), persisten estas cuatro ideas para establecer la magnitud de dichas acciones y afrontarlas de la manera más prepositiva e integral, siempre en pro del mejoramiento laboral, social, cultural y natural.